jueves, 21 de octubre de 2010

Volviendo

Hace un rato me dio por entrar a leer qué fue lo último que escribí. Ha pasado tanto desde ese día, que si en ese momento alguien me lo hubiese dicho, no lo creía. Desde la enorme felicidad de haber presenciado la maravillosa boda de mi mejor amiga, hasta el dolor más profundo de ver la vida de mi madre apagarse poco a poco hasta dejar este mundo.

He intentado tantas veces alimentar este espacio, exorcizar en él los demonios que me aquejan, los recuerdos dolorosos, todo lo que quiero sacar de dentro de mi ser, pero es tan difícil poner en palabras lo que no se puede describir. Y es que los sentimientos más profundos, cuando se sienten hasta el fondo, no se pueden poner en palabras.

Y bueno, aquí me tienen, intentando recuperarme, recuperar mi vida, adaptarme, acomodarme, ser yo, de la que siempre he estado orgullosa, pero aún más fuerte y más centrada en lo que quiero hacer con MI vida.

Hay días que el humor es inmejorable, hay días que siento que no me puedo ni levantar, pero espero que mi propia fuerza interna me ayude a que estos últimos sean mínimos.

Leí en un libro que compré hace poco, el cual no fue del todo de mi agrado, que nada ni nadie te puede dar felicidad, sino incrementar la que ya tienes, que la felicidad es una decisión, y eso quiero hacer con mi vida, ser feliz, porque sé que es lo que mi madre hubiese querido y se que desde donde quiera que esté, mis sonrisas la hacen sonreír.

Bueno, empecemos...