sábado, 28 de febrero de 2009

Hoy, hace un año


Ha volado el tiempo desde aquel momento de inicio, de locura, de casualidad. Los tiempos se cruzaron para coincidir en una calle y llevar a cabo una acción tan simple, como soñada.

Como olvidar, la expresión de tu cara, tus ojos, tu sonrisa, tu abrazo, tus palabras en mi oído. Espero algún día agradecerte lo que todo eso desató en mi vida, indirectamente me diste tanto que hoy todavía no termina de crecer, directamente me regalaste tantas sonrisas y pusiste tantas en mi rostro que serían imposibles de contar.

Tú, que siempre echas por la borda los planes y las historias que inventa la imaginación, porque haces que la realidad las supere, con esas reacciones inesperadas que tanto me han hecho feliz.

Aún lo malo que haya podido ocurrir, me ha servido para darme cuenta que puedo, si quiero, cambiar las historias y cambiar yo misma.

No hay palabras que alcancen para expresar lo que has logrado en mi, definitivamente esta canción lo expresa mejor que yo....




SI ME TOCAN TUS MANOS, MI MUNDO ES DIFERENTE...



domingo, 22 de febrero de 2009

Un pequeño homenaje

Pues youtube estaba NEGADO a dejarme subir este video, asi que lo tuve que publicar hasta el día de hoy. Siempre me quejo del 14 de febrero y no necesito esta fecha para expresarle a la gente que hace mi vida feliz cuanto la amo.

Pero bueno, fue un buen pretexto para mostrar fotos recientes que me encantan y para utilizar(y agarrar más práctica) con el Windows Movie Maker jajaja y para darles a conocer una EXCELENTE canción de Miguel Inzunza, fue amor a primera escucha jajaja. Aquí está:

lunes, 9 de febrero de 2009

Mi toxicidad

Ya en alguna ocasión, había hablado de mis malos días, de los días nefastos en que siento ser peligrosa, tóxica para el mundo. Ayer, fue uno de esos días.

Me desperté del lado derecho(soy zurda, lo siento jajaja), con un enojo previo que sucedió antes de irme a dormir, pero igual. Ahora le echo la culpa de mi toxicidad a la inminente llegada de Andrés.

Comí y decidí alejarme del mundo, me metí en el cine, a reenamorarme de Ernesto Guevara y salí con la sensación de que seguía siendo tan tóxica como tres horas antes, mientras me preparaba para salir de casa.

Asi que me aventuré, tome el metro y caminé, por lugares donde no había estado nunca, sin más meta que sacarme el veneno que sentía me asfixiaba. Había intentado hacer contacto con el mundo, pero la respuesta demoró y, aunque al principio dudé, me decidí por aceptarla.

Hice una escala técnica cibernética para dejar correr el tiempo hasta el momento del encuentro y al salir, la paranoia y los recuerdos se apoderaron de mi, mis demonios me envolvieron y me vi sola, en una calle tan enorme y transitada que no lo podrían creer, llorando a mares, pensando que nadie me veía, sentí el temor de caer en un quiebre en ese preciso momento, hasta que sentí la mirada de alguien.

Afortunadamente ese extraño, que no pronunció ninguna palabra y estaba detrás de una puerta, me regresó al mundo, jamás sabré quien era, jamás le podré agradecer no haber caído en un abismo que no sé si hubiese tenido fondo, donde pudiese levantarme, sacudirme y seguir. Mejor dicho, su presencia me dió ese fondo que necesitaba.

Enjugué mis lágrimas, una vista al espejo de un elevador me devolvió la imagen que sabía encontraría THAT'S IT! Por fin, llegué a la conclusión, porque SIEMPRE rescató, aún de los peores momentos, una lucecita de esperanza, de que había equivocado el camino, que siempre que la toxicidad me ataca, busco enredarme en mi propio veneno, me retraigo, me alejo, me quedo sola.

Anoche, anoche descubrí que no debe ser asi, que es JUSTAMENTE cuando necesito una mano, un abrazo(GRACIAS, FLACA! La verdad, lo necesitaba y me hizo tanto bien que nunca alcanzarás a entender lo que significó para mi), una risa.

La noche terminó, de lágrima fácil, como había estado todo el día, pero por razones completamente opuestas, viendo plena y feliz a una persona muy importante para mi, lo cual me hizo convencerme más de que el veneno lo creamos nosotros solos y somos quienes decidimos si nos lo tragamos o lo tiramos y comemos azúcar, aunque nos empalaguemos, aunque nos agarre el coma diabético.