lunes, 31 de marzo de 2008

DESCUBRIMIENTO DOMINGUERO



Heme aquí, hablando de nuevo de una vagancia solitaria de domingo, aunque en esta ocasión no estaba planeado que fuera asi, tal parece que se me va a volver una sana costumbre recorrer el Callejón Cultural sin más compañía que la de mi cámara y los interlocutores a distancia a través de mensajes al celular (como le tocó en esta ocasión a la Zanahodia).





Entre un pequeño regalo que compré(y otro que recibí) y dar varias vueltas sin encontrar que hacer(ya que la compañía al final no apareció), decidí tomarme un café, pero no quise ir a un Vips, el Café Paraíso estaba cerrado y no se me apeteció hacerlo en otros dos lugares que estan cerca de ahi por encontrarse llenos de gente, así que decidí buscar entre las calles del Barrio Antiguo algún lugar escondido donde seguramente encontraría lo que buscaba.





Pues bien, como de costumbre, mi instinto no me falló, al caminar por Abasolo, encontré un lugar llamado Ciudad de Ángeles al que decidí entrar. El lugar es visualmente muy lindo y se respira una tranquilidad como en pocos lugares.








Recién entré, fui recibida por muchas sonrisas y un piropo, acto seguido tomé la carta y me llamó la atención el nombre de una bebida en especial "Café Pecaminoso".... algo relacionado al pecado en un lugar de ángeles tenía que ser extraordinario... y así fue.


Lo que sucedió después fue una experiencia inolvidable, delicioso café, un libro de "Filosofía para principiantes" que me arrancó varias sonrisas, música relajante, al igual que el sillón blanco donde me acomodé y pasé un rato tan agradable que con gusto lo repetiría una y otra vez.



Muy recomendable el lugar, tengo que regresar a probar las demás bebidas, ya que una chica me dijo que la especialidad de la casa son los tés, que incluso tienen uno en el que ponen una semilla y con el agua se abre en una flor, así que hay que verlo.




miércoles, 19 de marzo de 2008

Un domingo conmigo


El pasado domingo tenía planeado, como ya mencioné, asistir a la tocada de Los Benders en el Callejón Cultural del Barrio Antiguo. Al intentar establecer un contacto con alguien que quisiera acompañarme, recibí negativas y estuve a punto de decidirme por no ir, pero algo dentro de mi dijo: OYE! Esta no eres tú. Y esa vocecita tenía razón.







Y es que nunca me ha costado trabajo pasar tiempo a solas o ir sin compañía a algún evento, llámese concierto, función de cine o incluso partido de fútbol. La verdad, disfruto mucho estar conmigo y no me gusta perderme las cosas por el hecho de "no tener con quien ir". Siempre digo una frase: si a este mundo vine sola(bueeno, solo con mi madre al lado) y me voy a ir igual.... ¿por qué no habría de hacer cosas sola en esta vida.






Total, que decidí aprovechar mi soledad, esa misma que no tuve mucho durante este año de desempleo que acabo de pasar, en el que estuve acompañada casi 24/7, lo que me llegó a resultar asfixiante y fue causante de malos humores, que cambió cuando empecé a hacer caminatas en soledad, lo cual me ayudó muchísimo a mejorar mi estado anímico(dicen por ahí que la liberación de endorfinas por el ejercicio es la culpable, yo digo que pasar tiempo en libertad fue la verdadera razón).



No podría haber tomado mejor decisión, lo que ocurrió ese día fue muy reconfortante, tiempo para pensar, alucinar, imaginar, soñar y sonreír. Viendo la ciudad casi tan solitaria como yo, las calles desiertas que solo cuatro dias antes lucían como un estacionamiento gigante que me costó trabajo cruzar, la gente pasando, escuchar sus risas, sus pláticas, sus sueños, descubrir el placer de ver fundirse la cima de los edificios con el azul del cielo y tener la oportunidad de documentarlo.


Observar, rostros, reacciones, sonrisas, miradas, encuentros y desencuentros, todo esto y más me dejó mi domingo conmigo y lo volvería a hacer todas las veces que tenga oportunidad.

martes, 18 de marzo de 2008

SONRIENDO AL VER EL PASADO EN EL PRESENTE


Este domingo 16 de marzo, asistí al Callejón Cultural del Barrio antiguo, lugar al que disfruto mucho asistir porque me hace sentir en mi ambiente, aunque no sea muy artística ni dad a comprar antigüedades, es un ambiente que me encanta.

Esta vez, la visita tenía un objetivo principal, escuchar por tercera vez en vivo a
Los Benders grupo regiomontano de rock de los años 50's.... integrado por chavos que no estaban ni en planes de nacer en esa época y que sin embargo han sabido captar la esencia de la misma de una manera impresionante.

Como mencioné, ya había tenido oportunidad de escucharlos, pero las ocasiones anteriores estaban ligadas a eventos futboleros, ya que sacaron tres canciones dedicadas a mi equipo de fútbol. Ahora se trataba de presentar su disco, el cual después de mucho esfuerzo y dedicación, está a la venta en lugares underground de la ciudad de Monterrey.

Como siempre se lucieron, prendieron a la concurrencia y, lo que es más, lograron juntar un buen de gente de los asistentes al Callejón, tal vez por lo novedoso que les resultó el estilo musical ejecutado por jóvenes en estos tiempos.

Pero mención aparte merece lo que pude observar, precisamente entre los asistentes. Estando situada en un costado del lugar donde estaban tocando, prácticamente podía ver de frente al público y lo que vi, casi me arranca las lágrimas de la emoción.

Los rostros emocionados de quienes estaban viendo y escuchando a Los Benders eran indescriptibles, algunos de ellos personas mayores de 50 años, reflejaban nostalgia y alegría en sus ojos y sus sonrisas, acompañados de sus hijos adolescentes, uno podía ver como se transportaban mentalmente al momento en que quizás de niños o jóvenes escuchaban esa misma música y veían a jóvenes vestidos y peinados como ahora, en pleno 2008, estaban esos cinco chavos.

Todo esto creó una atmósfera inigualable, que tal vez ni los mismos artistas esperaban que ocurriera, con gente incluso moviéndose al ritmo de la música y ejecutando pasos como los que acompañaban a este hermoso rock and roll en los tiempos en que era vetado de los hogares decentes.

Excelente domingo para mi, excelente tocada para Los Benders y excelentes recuerdos para los asistentes. Ahora si que "Que viva el Rock and roll", pero el verdadero Rock and roll!!!!

lunes, 3 de marzo de 2008

PPDH: Pago por denigración y humillación

El pasado fin de semana tuve la oportunidad de asistir al festejo de cumpleaños de una amiga en un Canta Bar ubicado cerca de mi casa llamado "La Guarida", debo confesar que siempre me había llamado la atención el lugar, pero nunca había asistido.
Llegué ya avanzada la noche y en ese momento estaban haciendo un show que en el lugar denominan "Sin Censura", en el que un locutor, según pude constatar, realiza concursos e interactúa con los asistentes de una manera bastante peculiar.
Hizo un concurso en el que prometía regalarle a la ganadora una cubeta con cervezas o tequila, así que subió a 4 mujeres al escenario. Lo que voy a describir a continuación, tal vez sea cotidiano en algunos bares alrededor del mundo, estoy consciente de ello y aclaro que no me asusto fácilmente, pero luego explicaré la razón por la que me llamó la atención el dichoso concurso.
Primero que nada, el tipo pidió a las concursantes que se presentaran "cachondamente" diciendo su nombre y alguna frase que las ayudara a irse ganando al público, para eliminar a quien lo hiciera peor, preguntándole al público a donde iban a mandar a la eliminada, a lo que sonoramente contestaban: "a la v.....". Desde ahí, ya estaba yo un poco sacada de onda.
Acto seguido, las hizo bailar con la base del micrófono haciendo las veces de "tubo" y a cada una les dió un nombre de batalla con el cual serían diferenciadas por el público, quedando como concursantes "La Zorra" "La Teibolera" y "La Ramera", muy sonrientes las tres respondían cuando se les llamaba así.
Igualmente, eliminó a una y las dos restantes hicieron "gala" de sus capacidades histriónicas al fingir cada una junto a un asistente de sexo masculino un noviazgo, primeramente besuqueándose alegremente y posteriormente recetándoles sendas cachetadas a los "novios", para después bajar del escenario y hacer una competencia a ver quien lograba hacerse parar de su lugar y bailar entre los asistentes al bar.
Hasta ahí todo bien, salvo los apoditos y la presentación inicial, no veía yo nada fuera de lo normal dentro de un antro ¿no?, al menos eso creía y no podía estar más equivocada. Como no lograron convencer de un desempate al locutor, les pidió que se subieran a la barra del bar acompañadas cada una por una amiga para que bailaran al ritmo de reggaeton.
Lo que sucedió después fue un acto de total humillación y denigración para esas dos mujeres, dentro del baile les decía que no se decidían quien era la ganadora y que el siguiente paso era QUITARSE UNA PRENDA!!!!!! Así que las dos chicas se desprendieron de la blusa que portaban, y luego les pidió otra y estuvieron a punto de quedarse en ropa interior ambas.
Lo sorprendente no es que se le ocurran ese tipo de concursitos a los dueños de los bares, aunque si considero que podrían ser más respetuosos hacia sus clientes, sino que las dos chicas se hayan prestado a un espectáculo tan deplorable POR GANARSE UNA CHEVE!!!
Ya he mencionado anteriormente lo nauseabundos que me resultan esos concursitos de televisión de baile reggaetonero, que he llegado a la conclusión que quienes participan están buscando los 15 minutos de fama de los que hablaba Warhol, pero ¿esto? Una cosa es salir en la tele esperando ganarte algo y otra muy distinta ir a un lugar donde PAGAS por estar ahí y que encima te usen y te exhiban de esa manera.
O sea, ya sé, se iban a ganar unos alcoholes, pero ¿serán suficientes para pagar el haber mostrado casi por entero sus anatomías ante tanto extraño alcoholizado? La verdad fue muy triste y de pena ajena verlas, porque ni el haber estado profundamente alcoholizadas justificaba comportarse de esa manera, con tan poco respeto a si mismas, siendo parte de un espectáculo con el que solamente gana el bar, porque tienen show para sus asistentes, sin invertir mucho.
Ya lo dije, no me asusto fácilmente y no fueron las palabras altisonantes ni la desnudez lo que me sacó de onda, sino el poco respeto mostrado por los prestadores de un servicio y la permisividad de las concursantes a ser objeto de burla.
¿De plano los jóvenes(porque las dos no pasaban de 23 años) están tan necesitados de atención, de alcohol, de reconocimiento o de ya no sé ni qué cosa como para prestarse a cosas así?