viernes, 29 de junio de 2007

¿LIBRE O PRESA DE LA LIBERTAD?

Fue la pregunta que me disparó hace unos días un ex-compañero de la facultad de quién no tenía noticias desde hace algunos años y nos vinimos a encontrar a través de algunos medios electrónicos y amigos en común.

Todo surgió cuando, en medio de ponernos al día en cuestión laboral y personal, vino a flote esa respuesta que a mi me sale muy natural, pero que nadie me había cuestionado de esa manera "Soy libre como el viento".

Después del shock inicial de la confrontación que me causó su pregunta(casi me pareció una interpretación psicoanalítica) y pensar unos segundos, mi primera reacción fue decir: "Más bien, creo que soy adicta a la libertad".

Mentiría si dijera que no he pensado más a profundidad sus palabras y las mías, la verdad, no sé si es porque nunca he vivido de otra manera o si, como yo misma he dicho, conforme pasa el tiempo, me acostumbro más a mi y mucho más me resulta difícil tener cerca a alguien que signifique, no tanto una atadura, sino una manera diferente de vivir a lo que estoy acostumbrada.

No es tanto que visualice el hecho de tener una pareja como una carga o un par de esposas que te atan e impiden la movilidad, pero si estoy demasiado acostumbrada a hacer lo que me viene en gana, ir y venir, hacer y deshacer y, la neta... ME ATERRA pensar en renunciar a ello.

¿Que si soy presa de la libertad?... si soy, y que? Y lo disfruto tanto, que a veces doy miedo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ps si... aiii la libertaaad... no hai como venir hacer deshacer salir andar... pero como ke llega el momento en ke se necesita compartir eso con alguien no?? ke no lo frenen... ke lo vivan contigo...