NECESIDADES PSICOLÓGICAS

Supongo que en algún momento de mi vida bloggeril he mencionado que soy psicóloga, por lo menos en mi perfil dice, asi que si alguna vez se han molestado en meterse, ya lo saben.

El caso es que hace un rato durante la cena mi papá veía una telenovela que como le cambiaron el nombre y el tema y el protagonista y todo lo cambiable(la mandaron a hacer nueva, pues), no se cual es, pero dentro de los personajes nuevos hay una psicóloga y pasaron una escena donde una tipa va y le dice que quiere volver a terapia y dice las palabras mágicas: "es que no puedo ir con otro terapeuta porque tu ya me conoces y con otro tendía que empezar de nuevo".

Alguna vez comentaba eso con una amiga/colega que tenía en ese momento el dilema de que su terapeuta iba a convertirse en su jefe y todo lo que eso implicaba y me parecía muy necio de su parte que insistiera en que era de flojera total volver a contarle tu vida y obra a un terapeuta nuevo y es que para mi eso nunca tuvo tanta importancia, hasta que tuve una terapeuta en toda la extensión de la palabra.

Mi primer contacto con un tratamiento psicológico fue siendo aún estudiante y, en honor a la verdad, no me ayudó mucho, solo sirvió para entender y alejar algunos traumas y fantasmas infantiles y prejuveniles que me habían aquejado durante casi toda mi vida. Por circunstancias que no tiene caso mencionar, terminé abruptamente con ese tratamiento y no fue sino hasta tres años después cuando me vi en la necesidad de volver a terapia.

Cuando por fin me decidí, es decir, cuando sentía que había tocado fondo, la misma amiga/colega me recomendó a la compañera de consultorio de una amiga suya. No pude caer en mejores manos, poco más de un año y medio de tratamiento me hizo darme cuenta que las palabras de mi amiga y de la mujer de la televisión eran demasiado ciertas.

Que flojera empezar de cero, sobre todo, pensando siempre en lo bien que resultó esa relación terapéutica anterior, la cual tuve que dejar al quedarme sin empleo y que no podrá reanudarse ya que mi terapeuta regresó a su Argentina natal, la que me hizo cambiar en demasía, siempre para bien, la que me hizo descubrir que digo demasiado la palabra "equis", la que me alentó y me sigue alentando a hablar, a conseguir, la que se sigue alegrando con mis logros.

Suena tonto, pero asi lo siento, aunque en este momento no tengo la necesidad(y tal vez debería porque quedó inconcluso), no sé si seré capaz de vencer la flojera de empezar desde cero.